miércoles, 20 de marzo de 2013

"Mi confrontación con la docencia"


Yo estudié contabilidad, y trabajé en diversas dependencias en esa área, pero diciembre de 1996 perdí el empleo con el cual pensaba llegar a jubilarme, por lo que fui invitado por mi esposa, que es maestra, a continuar mis estudios para después conseguir una plaza dentro del sistema de telesecundarias. Conseguí un empleo fuera de la docencia,  y empecé a estudiar en la Normal Superior de cd. Madero la Licenciatura en Educación Media  en el área de Ciencias Sociales y después de dos años empecé a realizar suplencias en algunas telesecundarias.

Traté infructuosamente durante los seis años que dura la carrera de conseguir una plaza en ese sistema educativo, pero me fue imposible, durante los dos últimos años de mi carrera laboré en la Secretaría de Educación y Cultura, pero allí también hubo recortes y me quedé sin trabajo.

Una vez concluido mis estudios, en el 2002, unos amigos me dijeron que en Conalep necesitaban maestros por lo que metí mis documentos y de inmediato me contrataron y allí laboro hasta la fecha.

Cuando decidí estudiar para maestro fue debido a que yo pensaba que tenía aptitudes, ya que me hacía entender muy bien con mis hijos, a los cuales había enseñado a leer y escribir y ayudaba a otros niños y jóvenes explicándoles de tal manera que ellos pudieran entender. Además ya estaba cansado de la contabilidad, había trabajado en ella durante casi veinte años,  por lo escogí algo que no tuviera nada que ver con números, y esta fue el área de ciencias sociales.

Pienso que el ser docente implica una gran responsabilidad, porque además de guiar, enseñar y formar a los jóvenes, eres un ejemplo y debemos ser congruentes, no podemos pedir algo a nuestros alumnos si nosotros no lo hacemos. Pienso que para la docencia se requiere vocación, ya que he visto docentes a los cuales no les interesa si su alumno aprendió a no, ellos solo cumplen con dar sus clases y lo demás no les interesa.

Como estudiante de la especialidad he vivido gratas experiencias con mis compañeros al comprobar que muchos han cambiado de actitud, además que me he dado cuenta de lo importante que es la preparación del maestro, así como la huella que éste deja en el alumno. En Conalep nos capacitaron para el desarrollo de las competencias que debe alcanzar el alumno, pero nunca se nos dijo cuáles eran las competencias que debía tener un docente para poder realizar su trabajo en forma adecuada, hasta que inicié esta especialización comprendí la importancia que tienen en nuestro desempeño en las aulas. 

Ser docente es una tarea difícil, pero ser docente en educación media superior es todavía más demandante, significa un reto, pues los jóvenes de ahora tienen acceso a una gran cantidad de información, por lo que obligan a sus maestros a documentarse y a investigar más que en educación básica, y esto es bueno, ya que se eleva la calidad y cantidad de los conocimientos de este nivel educativo, por lo que también es motivo de gran satisfacción cuando los jóvenes finalmente alcanzar los objetivos y obtienen un buen promedio.

Es muy reconfortante y motivo de orgullo, cuando algún joven ya recibido y trabajando te reconoce, te saluda y da las gracias por tu trabajo, eso no tiene precio, es una satisfacción que no se puede comprar con nada y creo que muy pocos empleos te dan este tipo de recompensas.

Obviamente existe el otro lado de la moneda,  con alumnos que fracasan a pesar de los esfuerzos que como maestros realizamos, ellos nos hacen sentir impotentes y en ocasiones hasta fracasados, porque no supimos como orientarlos y sacarlos adelante.

Por eso es importante seguir preparándonos, tener más y mejores herramientas para mejorar nuestro desempeño frente a grupo, y así evitar en lo posible, que tantos alumnos abandones sus estudios.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario